En lógica y lingüística, un «metal» es un lenguaje que se utiliza para describir aspectos de otro lenguaje (lenguajes objeto). Los modelos sintácticos formales para la descripción gramatical, como la gramática generativa, son un tipo de metalenguaje. En un sentido más amplio, un metalenguaje puede referirse a cualquier terminología o lenguaje utilizado para describir un lenguaje en sí mismo; por ejemplo, una descripción gramatical o un análisis sobre el uso de un lenguaje.

El origen del metalenguaje en la lógica.

La introducción del concepto de metalenguaje se debe a la lógica, pero en lingüística su significado varía según el enfoque teórico del investigador. La lógica propone un concepto de metalenguaje en términos de conocimiento epistémico, fundamentado en el mundo real.

Metalingüística y lenguaje

Investigadores como Coupland y Javorski (1998) definen el metalenguaje como el lenguaje utilizado para describir el lenguaje en su afán por comprender el uso lingüístico sin recurrir a la metalingüística. Sin embargo, también señalan que el lenguaje al que se refieren no puede considerarse aislado del resto del mundo.

En «La metalingüística como problema lingüístico», Roman Jakobson afirma que «el lenguaje debe investigarse en toda la variedad de sus funciones. El perfil de estas funciones requiere una evaluación concisa de los factores constitutivos de cualquier evento comunicativo, en cualquier acto de comunicación verbal. El emisor envía un mensaje al receptor. Para que sea operativo, el mensaje necesita un contexto al que se refiera (un referente, en otra nomenclatura algo ambigua), que pueda ser aprehendido por el receptor y que sea verbal o susceptible de ser verbalizado; un código completo, o al menos parcialmente completo, común al emisor y al receptor (o, dicho de otro modo, al codificador y al decodificador del mensaje); y, finalmente, un contacto, un canal físico y una conexión psicológica entre el emisor y el receptor, que les permite entablar y mantener la comunicación».