ROI
En finanzas, el retorno de la inversión (ROI), también llamado tasa de retorno (ROR), tasa de ganancia o simplemente retorno, es la relación entre la cantidad de dinero ganada (o perdida) como resultado de una inversión y la cantidad de dinero invertida. Existen tres posibles formulaciones de la tasa de retorno: retorno efectivo, retorno requerido y retorno proyectado. El retorno efectivo sirve como medida del desempeño de una inversión, evaluada a posteriori. El retorno proyectado sirve como medida ex ante del desempeño de una inversión; es su tasa interna de retorno implícita, la que iguala el valor de la inversión con su precio o costo. La tasa de retorno requerida es la que nos permite determinar el valor de una inversión. De hecho, el valor de una inversión es el equivalente presente de sus flujos de efectivo futuros, los cuales se convierten a su equivalente presente (o se descuentan) precisamente a la tasa de retorno requerida. Se basa en la idea de que cualquier inversión debería proporcionar una tasa de retorno igual a una tasa libre de riesgo más una prima de riesgo que es función del grado de incertidumbre que afecta los flujos de efectivo futuros de la inversión. La tasa de rendimiento esperada depende del precio (o costo) de la inversión y del flujo de caja futuro atribuible a la misma. Dado que estos flujos de caja son inciertos, la tasa de rendimiento esperada también lo es, llegando incluso a comportarse como una variable aleatoria. Aquí reside su riesgo, el cual debe medirse para tenerse en cuenta al estimar las primas de riesgo que se incluirán en las tasas de rendimiento requeridas. La cantidad de dinero ganada o perdida puede denominarse interés, utilidad o pérdida, o ingreso neto o pérdida neta. El dinero invertido puede denominarse activos, capital, principal o costo básico de la inversión. El ROI generalmente se expresa como un porcentaje. La consecución de las estrategias organizacionales de una empresa depende de la gestión adecuada de proyectos, programas y portafolios. En este sentido, la responsabilidad financiera es cada vez mayor y su medición resulta indispensable. Si bien hoy en día el uso de esta herramienta analítica está muy extendido en todo tipo de inversiones, el cálculo del ROI no es una tendencia reciente. Ya en 1920, la Harvard Business Review consideraba el ROI como la medida analítica esencial para comprender el valor de la rentabilidad de las inversiones de capital. Conocerlo de antemano tiene un impacto significativo no solo dentro de la organización que gestiona el proceso de inversión, sino también en los potenciales inversores. Más allá de la promoción interna y externa del proyecto, es fundamental para su seguimiento, ya que muestra claramente el impacto en el negocio en relación con los objetivos predefinidos.



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